¿Ya limpiaste tu dieta? ¿Estás comiendo mejor, menos procesado y con menos químicos e ingredientes artificiales? ¡FELICITACIONES! ¡Has dado un gran paso para tu cuerpo y tu salud en general! Ahora te toca hacer lo mismo con tus productos cosméticos, pues al final, tienes que usar el mismo criterio en la comida que en la cosmética, ya que gran parte de lo que te aplicas en la piel se absorbe en el cuerpo y hoy día sabemos que no todos los ingredientes son buenos.
La industria cosmética convencional usa miles de químicos, algunos totalmente inofensivos y excelentes para la piel (como el ácido hialurónico), pero también formula con químicos tóxicos, potencialmente vinculados a distintos tipos de cáncer, disruptores hormonales, problemas de infertilidad e irritaciones en la piel.
En TESSA, revisamos cuidadosamente cada ingrediente siguiendo las recomendaciones de la ONG americana EWG en su base de datos de cosmética SkinDeep. De hecho, más del 80% de los ingredientes que usamos tienen grado 1 a nivel de toxicidad en la escala de 1-9 elaborada por SkinDeep.
A continuación, los 5 químicos tóxicos que no usamos hoy y no usaremos nunca:
1. Fragancias artificiales - somos fanáticas de los aceites esenciales puros y orgánicos
2. Colorantes artificiales
3. Parabenos - usamos preservantes naturales o sintéticos no tóxicos
4. Derivados de la industria petroquímica
5. Sulfatos - usamos otros tipos de agentes limpiadores para la piel
En TESSA, estamos convencidas de que el uso de ingredientes efectivos, de alta calidad, no tóxicos y en altos porcentajes es la única manera de producir cambios reales en la piel. Estamos conscientes que es virtualmente imposible eliminar totalmente los químicos potencialmente nocivos de tu vida, pues hay mucho que no controlamos. Pero si creemos que es importante eliminar los más dañinos para tu salud en lo que puedes controlar, como es lo que compras y usas en casa.
Revisa nuestros productos para aprender más sobre sus ingredientes.
TESSA es una empresa de cosmética natural del tipo Clean Beauty. Esto significa que, a diferencia de la industria convencional, no ocupamos ningún ingrediente potencialmente ligado a enfermedades.